09 octubre 2012

El burro y el pozo


El burro y el pozo.


Un día, el burro de un granjero cayó a un pozo. El animal estuvo horas y horas rebuznando lastimeramente, mientras el hombre cavilaba sobre qué hacer. Por fin decidió que el animal era viejo, y que de todas maneras había de cegar el pozo; no valía la pena sacarlo de allí.

De manera que llamó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Todos cogieron palas y empezaron a tirar tierra al pozo. Cuando el burro se dio cuenta de lo que estaban haciendo, empezó a dar unos chillidos horribles. Y luego, ante el asombro general, se calmó. Unas cuantas paladas más tarde, el granjero miró al fondo del pozo. Y se quedó asombrado por lo que estaba viendo. El burro se sacudía la tierra del lomo y subía por el pozo sobre el montón creciente.

Los vecinos del granjero siguieron echando tierra sobre el animal, y cada vez se la sacudía y subía otro poco. En poco tiempo, el burro llegó al brocal, salió del pozo y se fue trotando tan feliz.

Cuento popular, desconozco autor.


REFLEXIÓN

Como le ocurrió al burro del cuento, nos encontramos día a día con “paletadas de tierra” que nos caen encima: problemas en el trabajo, con la familia, con la pareja…
Si nos dejamos “enterrar” por esos problemas, cada día nos sentiremos más incapaces de enfrentarnos a las diferentes pruebas que nos van surgiendo en la vida. Nuestra autoestima se vendrá abajo y cualquier problema por pequeño que sea, nos vencerá.
Cuando un problema o una situación nos provoque esa sensación de no poder con él, y nos haga sentir como el burro del cuento: en el fondo del pozo, sintiendo caer la tierra sobre nosotros, hagamos como él: “sacudirnos” la tierra y usarla para empezar a subir.
Hasta de las situaciones más negativas se puede extraer una moraleja, un aprendizaje que nos servirá para enfrentarnos a problemas similares en un futuro. Y nos hará sentir más seguros de nosotros mismos y nos ayudará a recuperar el control de nuestra vida.
Así, pues… sacúdete y sube.