Nuestro cerebro, a veces, nos
engaña. Sí, sí, nos juega malas pasadas. Resulta que percibe una imagen, por
ejemplo, a través del ojo, pero como esa imagen “no cuadra” con lo que él está
acostumbrado a manejar día a día, elabora una imagen distinta, más acorde con
nuestra “realidad”.
Un ejemplo magnífico de esto que
digo es lo que se conoce como “la habitación de Ames”. No es más que una
habitación de forma trapezoidal, totalmente desigual, con las paredes y el techo
inclinadas, pero que vista desde un punto concreto (desde una mirilla que se
sitúa estratégicamente), se percibe como una habitación cúbica normal. Por
consiguiente, si una persona se sitúa en una parte de la habitación y otra en
el otro lado, percibiremos a uno como un gigante y al otro como un enano. Y a
medida que se desplacen de un lado al otro de la habitación, pasarán de ser
gigante a ser enano y viceversa. Es bastante gracioso, francamente, cuando se
sabe que eso es imposible y sin embargo, es lo que “estamos viendo”.
Éste es el esquema de cómo es la
habitación y cómo la percibimos:
¿Por qué hace esto nuestro
cerebro? Se me antoja pensar que es una manera de tranquilizarnos, con respecto
a nuestro estado mental. Es decir: mostrarnos que “ve” una habitación
totalmente desigual, llena de rampas, desniveles y tal… le parece menos
“preocupante” que mostrarnos gigantes y enanos. Creo que no le sale muy bien el
intento, pues es tan desconcertante ver hombres que crecen y decrecen según se
mueven que ver una habitación con una forma rara. Pero él (nuestro cerebro) es el
que manda y decide qué nos muestra de la realidad y qué no. Aquí surgirían mil
preguntas como: ¿entonces cuál es la realidad?
Este tipo de ilusiones ópticas se
han usado mucho en el cine. Recientemente en las películas de la trilogía de
“El Señor de Los Anillos”, se ha usado para convencernos de que los hobbits
eran enanos al lado de Gandalf. Los que hayáis visto la película, no negaréis
que está bien logrado.
Dejo este enlace para mostrar
este efecto, en un video:
Referencias:
Luna,D y Tudela, P (2006). Percepción visual. Editorial Trotta.
Madrid.
Wikipedia (foto).